De Lanslebourg al Río de la Plata

Pero del otro lado del Atlántico, nacían nuevos países, entre ellos Uruguay y Argentina, los que necesitaban colonos para ocupar sus territorios. Es así que en las familias del pueblo, surge la idea de partir a tierras lejanas.

Si bien los primeros pasaportes datan del 1850, la mayor emigración es a partir de 1855, llegando al mayor pico en 1871, al inaugurarse el túnel de Fréjus.

Estas familias dejan el pueblo, algunas en forma completa, padres e hijos, otras sólo los hermanos, pero todos llevando consigo su lengua, sus costumbres.

Luego de un largo viaje de tres meses cruzando el Atlántico, los primeros llegan a Uruguay, y entrando por el río Rosario, desembarcan en la zona conocida hoy como pueblo La Paz, y allí se afincan (Rosario, Cosmopolita). Luego otras familias, llegan a Argentina, y se afincan en Entre Ríos, Santa Fe o Capital Federal.

Esos saboyanos, venidos desde tan lejos, comienzan en estas tierras a desarrollar las mismas actividades que hacían en Lanslebourg, ganadería, agricultura y por qué no, con el pasar de los años el transporte. Ellos son nuestros antepasados, ellos nos legaron este cariño por la cultura y la lengua francesa, sus costumbres, su gran tesón, nuestro gusto por la vida al aire libre, su gran respeto por la naturaleza, la cual nos enseñaron a utilizar pero también a proteger.

Hoy luego de muchos años de silencio por diferentes circunstancias, que no enunciaremos para no ser demasiado extensos, nos volvemos a encontrar uruguayos, argentinos, saboyanos, una misma sangre nos corre por las venas. Formamos la Gran Primada del Río de la Plata y Saboya, como bien se mencionó en el año 2005, cuando pisábamos la tierra de nuestros antepasados (la terre de nos ancêtres).

Fuentes:
1 - Suiffet Laurent. La familia Suiffet de Lanslebourg, 1998.
2 - Bourron Yves, Adie Ramasse, 1998.
3 - Datos geográficos obtenidos de Internet.
4 - Agradecemos a Christiane Bidot-Naude, quien nos introdujo en la genealogía, y de quien aprendimos; a Marie et Robert Vignoud que nos enseñaron a conocer y querer la historia de nuestro pueblo, Lanslebourg y de Saboya en gral y a todos aquellos que en el reencuentro del 2005 nos aportaron datos para conocer mejor nuestro pasado.

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